martes, 28 de febrero de 2012

EL PEQUEÑO ABETO


Cuento contado en las escuelas Waldorf



En la cima de un monte crecía un abeto que se quejaba sin cesar de sus hojas. A su parecer un árbol de su categoría se merecía algo mucho mejor. ¡Ojala fuese de oro!, decía.


Y por la mañana despertó con las hojas de oro. Pero su brillo atrajo a los ladrones que lo dejaron desnudo.


¡Qué equivocado estaba!, se dijo entonces. ¡Ojala fuera de cristal!


Y por la mañana despertó con las hojas de cristal. Pero un fuerte viento hizo que se golpearan unas con otras, hasta que nuevamente quedó desnudo.


¡Ojala mis hojas fueran dulces y aromáticas!, dijo entonces.


Pero unos cabritillos lo despojaron de hojas al instante.

Y desesperado exclamó:

¡ Pobre de mí, qué equivocado estaba!


Y formuló entonces un deseo final: recuperar sus antiguas hojas.


Al día siguiente despertó vestido con las hojas que corresponden a un abeto y que aún hoy conserva. ¡Qué feliz era ya!









FIN

Este es un pequeño ejemplo de lo que hacemos cada día mi peke y yo en casa.
En este caso hemos ilustrado un cuento que solemos leer que aparece en un libro de cuentos Waldorf sin ilustraciones.
Cuando se trata de dibujar, aunque también pasa con otras cosas, normalmente él dibuja lo que le apetece y yo no dibujo; es una oferta amplia la de los materiales que tiene para utilizar y él mismo decide qué hacer y con qué. Pero también en algunas ocasiones hacemos algún "proyecto" juntos y ambos participamos.


Es nuestro Jardín Waldorf casero. Es algo paradójico, porque en la Pedagogía Waldorf, durante estos primeros años, hasta los 6 años, lo que se hace es imitar la casa, lo que pasa en una casa con la madre, pero allí con la maestra o el maestro; y en nuestro caso, yo, la madre, estoy en mi casa e imito a un jardín que imita una casa y a la madre… Es muy divertido e interesante. La Pedagogía Waldorf tiene muy en cuenta los procesos naturales de los niños y es muy respetuosa con ellos. También se da mucha importancia al arte, lo que nos encanta, tratándolo incluso como una actividad terapéutica.


En próximas ocasiones profundizaré en esta apasionante pedagogía.

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