domingo, 29 de enero de 2012

Meditación: método vencedor para armonizar cuerpo y mente


Un estudio de la Universidad de California, Berkeley, indica que los bailarines modernos o de ballet profesional no alcanzan una sincronía entre cuerpo y mente tan alta como la de las personas que practican habitualmente meditación Vipassana.




Entendiendo que la armonía entre cuerpo y mente es saludable y entendiendo la relación cuerpo-mente como la cohesión entre experiencia emocional y fisiológica, ¿cómo de sincronizados están nuestros cuerpos con nuestras mentes? ¿Podemos potenciar esa armonización de algún modo?
Intentando resolver cuestiones similares, unos científicos norteamericanos se preguntaron si en lo que se refiere a esta sincronización podía tener relevancia el entrenamiento físico.
Realizaron un estudio mediante el que quisieron descubrir si las emociones contribuyen a la cohesión cuerpo-mente. Y si estar entrenado en meditación Vipassana o en baile moderno o ballet incrementa esa cohesión entre aspectos subjetivos y fisiológicos de la emoción.
Para el experimento se reclutó a voluntarios de centros de meditación y de baile de San Francisco. Se trabajó con un grupo de bailarines de baile moderno y de ballet y con otro grupo de personas con experiencia en meditación. Y un tercer grupo de control de adultos sin entrenamiento en ninguna de las disciplinas anteriores, ni en Pilates, ni en deportes profesionales.
Los bailarines profesionales de ballet o de danza moderna dedican grandes cantidades de tiempo y esfuerzos en desarrollar su propia conciencia del cuerpo y en controlar de forma precisa sus músculos. Se centran en sensaciones somáticas.
Y los practicantes experimentados de meditación Vipassana practican un tipo de meditación también conocido como de atención plena o presencia mental mediante la cual centran su atención en la observación de su propia respiración, pulsaciones, pensamientos y sentimientos, sin juzgarlos. Se centran en sensaciones viscerales.
Los investigadores midieron las respuestas corporales de los participantes a estímulos emocionales, viendo cómo se relacionan cambios fisiológicos como la respiración o las pulsaciones cardíacas con las emociones para así medir de forma precisa cómo de estrecha es esa unión entre las emociones y el cuerpo en cada caso.
Se descubrió que esa unión era más fuerte entre los que meditan y, sorprendentemente, las diferencias entre los bailarines y el grupo de control resultaron ser mínimas, es decir, que los bailarines profesionales no tienen una conexión cuerpo-mente mucho más fuerte que la mayoría de las personas.
Los científicos tienen la teoría de que la diferencia se basa en que los bailarines se centran en las sensaciones somáticas y los que meditan en las sensaciones viscerales, lo que les hace estar más sintonizados con órganos internos como el corazón.

Autores: Sze, Jocelyn; Gyurak, Anett; Yuan, Joyce W.; Levenson, Robert W.
Publicado en el ejemplar de Diciembre de 2010 de Emotion, una publicación de la Asociación Psicológica Americana.

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